
GLOBEROS
¿Qué es un globero? A todos nos viene a la cabeza la imagen de un ciclista de fin de semana con pocas aptitudes físicas y técnicas. Se puede acompañar de material obsoleto o de última generación.
Pero, ¿de dónde viene esta expresión? Muchos creen que es algo consustancial a los novatos de cualquier deporte de resistencia, sea ciclismo, esquí de fondo o atletismo: salen como flechas sin saber calcular sus propias fuerzas, explotan al poco y pinchan cayendo a peso. Como un globo.
Sin embargo, los globeros nacieron prácticamente a la vez que el deporte ciclista y hay cierta unanimidad en el origen de dicha palabra.
El Tour nació en 1903, pero ya antes se celebraban carreras ciclistas con recorridos más cortos y abiertas a todo tipo de competidores. Era típico de los pueblos y pequeñas ciudades que por las fiestas se celebrara una carrera cuyo premio era un pavo, una gallina o dos conejos. Siempre vivos, que era la única manera de conservarlos sin nevera. En otras daban premios en metálico. Y, a veces, las dos cosas.
Estas carreras reunían a ciclistas habituales de la competición pero también a todos los parroquianos aficionados que querían lucirse delante de sus paisanos y, a ser posible, volver a casa con su premio. Los ciclistas “profesionales” llevaban máquinas y equipajes que hoy nos hacen sonreir pero que eran lo mejor de su época. En cambio los vecinos se apuntaban con su bicicleta de paseo e iban vestidos de calle, con pantalón largo y chaqueta. Cuando hacía calor se quitaban la chaqueta y quedaban en mangas de camisa.
¿Qué sucedía cuando el pelotón alcanzaba velocidad? Que las camisas se hinchaban como globos y se distinguía perfectamente a los ciclistas auténticos de los “globeros” advenidizos. La expresión no podía ser más gráfica y ha llegado a nuestros días con un significado similar.